sábado, 25 de agosto de 2012

Bonjour Montpellier!

La figura de Kamel recibiendo su maleta, dándome un apretón de manos y su puño levantado a la voz de “viva el Che!” se esfumaban mientras mas me acercaba a la puerta de salida, mi corazón bombeaba cada vez mas fuerte, caballos salvajes galopaban a través de mi pecho como lo habían echo alguna vez en las pampas que estaba dejando atrás, cosquilleo en la garganta y los ojos aguachentados, ahí me esperaba ella, delgada, bonita, sencilla y fresca como siempre, ahí estaba Julie: mi compañera en el camino; Montpellier nos esperaba.

Entre calles angostas, edificios de piedra y la humedad del mar se encontraba el piso de Jérémy el creador de jardines, y Laure, nuestros primeros anfitriones, (si pretendía ver a Montpellier desde adentro, había caído en el mejor lugar). Como todo buen francés, Julie, Laure y Jérémy hablan en francés… y las única frases que yo podía decir rapidito y sin trabarme eran “L’homme et la femme mange du riz” y “Le poisson nage”… desde entonces, si en el piso nos queríamos entender entre todos, tendríamos que hablar “Anglofrancospañol” (con el que definitivamente me defendía mucho mas que con el francés).

Vino rosado, Cremembert y Baguettes se hacen cómplices de la invitación de "Monsieur Montpellier" a perderse en callecitas que cambian de nombre en cada esquina, giran, suben, bajan y vuelven a girar, somos dos extraños en un río que no sabemos para donde va y como si fuera poco no tenemos brújula. Solo había visto una vez el mar, gracias a un intercambio deportivo en mi infancia conocí Mar del plata en invierno, no había sumergido mas que los tobillos y tiritaba de frío; esta tarde el gran azul me daba la revancha: "Bonsoir, los presento, El Mediterráneo - Maxi, Maxi - El Mediterráneo"; Por alguna razón extraña mi cabeza había olvidado toda información acerca del mar, (quizás porque solo lo había leído o escuchado), y lo primero que pensé cuando salí del primer chapuzón fue "como puede ser que este tan transpirado, tengo los labios salados" - Clak! y los engranajes se aceitaron otra vez, estamos en el mar, y el mar es salado!. La tarde siguiente nos encontró en Setè "la Venecia francesa", una villa que no es isla ni deja de serlo, el Théâtre de la Mer, y la necesidad de dormir, no hay campings, no hay couchs... acampamos en la playa, a media noche, y enfrente del mar.

jueves, 16 de agosto de 2012

El Cosmos toca las campanas



Cuatro funerales consecutivos despedían al muerto, a ese que ya no volvería, al que se había ido a la casa numero 13, a la transformación; 9 meses tarda en gestarse un embrión humano, 9 meses me esperaban por delante, un huevo, una matriz, un nuevo ovulo fecundado, una invitación al olvidar el nombre de los días y a pendular libremente por el plano de lo incierto... y como las puertas son anchas y la perinola gira tanto como uno quiera hacer girar, el primer choque no tardo en llegar, Fat Mike, que no es el cantante de nofx, si no un piloto de submarinos de la marina canadiense, venia de una de sus vacaciones de 15 días en algún lugar perdido del mundo, una sonrisa y una mochila llena de banderitas de todos colores, esta vez le había tocado la "salvaje Argentina" de la cual no había conseguido aun una insignia para bordar.
El evento traumático que presupone el tener que volar por primera vez había pasado y me encontraba en el primer país que pisaba además de donde había nacido, la impresión inicial... "Esta todo en alemán"...y de algún lugar de mi cabeza otra voz respondía: "bastante básico lo suyo" y 8 horas después me encontraba volando otra vez, dos colombianas por delante, una alemana a la izquierda y un argelino con pasaporte alemán a la derecha, esto ya es una fiesta étnica; Kamel, oriundo de Argelia, vivía en Alemania y hablaba un español muy particular, que cuando se entero de que era argentino arremetió a la voz de "Que viva la revolución Argentina, que viva la revolución Argelina, que viva el Che!" ah, y por sobre todas las cosas... que nadie se entere, pero Messi no le gusta. A lo que respecta a la chica de al lado, le tomaba fotos a los Alpes suizos con su celular y leía una revista donde extrañamente había una nota sobre Herman Hesse (fue mi primer indicio: todo marcha muy bien), y al dar vuelta la pagina, la segunda señal se materializo frente a mis ojos, otra nota, pero ahora sobre un film, "Easy Riders: en busca de mi destino" creí a escuchar a alguien cantar Booooorn to be wiiiiild pero era mi cabeza que se endulzaba en lo que estaba viendo, pues el cosmos tocaba las campanas de bienvenida.