sábado, 1 de septiembre de 2012

International Auto-stop Academy ( o la IAA)

Olas rompiéndose en las rocas y los primeros visitantes de la playa jugaron su suerte a ser los relojes digitales de la mañana, levantamos los trastos, tomamos un desayuno improvisado y enfilamos hacia la ruta. Nunca habiendo salido de mi país, y en consecuencia nunca habiendo hecho auto-stop fuera de el, me encontraba bailando sobre varias incertidumbres: será complicado acá?, si allá tomaba mate con los camioneros... acá tendría que sacar una bandeja con quesos y pan?, y si al conductor no le gusta el Gouda? mmm..... y encima hace días que no cargo el termo... en fin... Intentamos en varios lugares antes de dar con "el sitio", miramos los carteles, asentimos con el sol y levantamos los pulgares. Diez minutos nos separaron de quien daría el puntapié inicial en la gran marcha, Philippe... quien tenia que hacer tiempo, así que cualquier destino que le hubiésemos dicho en un rango aceptable, habría dicho que si, cargamos las mochilas y partimos a Béiziers.

Habiendo firmado todos los papeles y llenado los formularios que ahora nos acreditaban como "auto-stopistas internacionales" descendimos en la ciudad, olor a comida, carpas y mas olor a comida invadían la plaza y sus al rededores, es domingo y hasta el miércoles... hay fiesta. La plaza principal esta situada dentro de lo que llaman "el barrio musulmán", es decir, la mayoría de los locales son atendidos por gente de países musulmanes, (marroquíes, argelinos, pakistaníes, tunecinos)... cambian los colores, nuevos aromas emergen y se entrelazan, inscripciones arabescas, salones de te y bazares invitan a caer en el sueño de la ruta de la seda, las especias y las eternas arenas. Pasamos la noche de festejo, y si de alguna manera Avignon velaba por nosotros, pusimos freno, miramos el mapa... y nos fuimos hacia Vinça, catalunya francesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario